En contacto con ONGs y gracias al apoyo de colaboradores especialistas en ayuda de emergencia, en tiempo record creamos un sistema de apoyo eficaz, seguro y totalmente auditable . Desgraciadamente tuvimos que descartar otros modelos de intervención que seguramente serían más eficaces a la hora de maximizar el valor de nuestros fondos (como la compra centralizada y el reparto de víveres). Esos eran para nosotros imposibles de poner en marcha en zonas tan deprimidas y potencialmente también tan peligrosas y violentas como aquellas en la que estábamos trabajando.
En nuestra forma de operar sobre el terreno, por medio de Cash-Transfer (transferencia de efectivo) cada familia adscrita a la campaña recibía semanalmente una determinada cantidad de dinero para cubrir las necesidades básicas del hogar. Esta cantidad se calculó en función del número de convivientes en el hogar, sus edades, y sus especiales circunstancias.
El dinero fue depositado en una cuenta bancaria, que cada mamá a la que apoyamos abrió a su nombre con la ayuda y acompañamiento de un grupo de usuarias de nuestro proyecto Warmi.
Ese pequeño grupo de jóvenes madres, que un par de años antes vivía de la mendicidad, se convirtió así en pieza fundamental de nuestra intervención. Con su esfuerzo esta campaña fue posible y con las horas de trabajo que dedicaron a ayudar a sus comunidades, devolvieron en gran parte la ayuda recibida antes desde el proyecto de inserción social del que habían sido beneficiarias.
Las cantidades transferidas sólo podían ser gastadas en determinados productos, que además tenían que de ser comprados ÚNICAMENTE en establecimientos que pueden dar a sus clientes un boucher detallado al máximo y con fecha de compra (imposible de falsificar). PlazaVea, TOTTUS o Metro son algunos de ellos.
Una vez realizada la compra, al llegar a su hogar tenían que enviar a la responsable de zona imágenes de los víveres adquiridos y del ticket de compra (que más tarde habrán de entregar para que fuera archivado).
Es importante remarcar que intentamos que NUESTRA ACCIÓN NO TUVIERA CARACTER ASISTENCIALISTA. Para participar en este proyecto cada mujer se comprometió por escrito con su firma a respetar un acuerdo en el que, entre otras cosas, tanto ella como sus familiares se comprometían devolver (cuando esto fuera posible) la ayuda monetaria recibida. Esa devolución podía hacerse de dos maneras: bien en pequeñas cuotas que serían utilizadas para ayudar a otras familias, o en horas de trabajo al servicio de la comunidad.
Ese "contrato" también nos daba permiso expreso para utilizar en nuestras acciones de comunicación y difusión las imágenes tomadas (incluídas aquellas en las que aparecen los menores de edad). Puedes echar un vistazo aquí mismo a una copia del acuerdo
Organización No Gubernamental para el Desarrollo inscrita en la Sección 1ª
del Registro Nacional de Asociaciones del Ministerio de Interior Español
con el número 613929,y reconocida oficialmente en Perú
como Persona Jurídica Extranjera por la SUNARP
con número de partida 14308172 Asiento A0001.