Sí, se supone que a partir de los cinco años todos los niños tienen derecho a una plaza en un colegio, pero las instituciones educativas sólo atienden a los menores un cierto número de horas al día. Son muy pocos los servicios que ofrecen actividades de educación no formal o de ocio y tiempo libre que completen el horario escolar de los niños de la familia hasta cubrir el horario de trabajo de sus padres y que los que existen como servicios after-school, que muchas veces funcionan únicamente durante los periodos vacacionales, tienen en la mayoría de los casos precios absolutamente desproporcionados.
El sistema educativo de los centros estatales con su doble turno es una dificultad añadida para las familias trabajadoras en las que ambos padres tienen un empleo a jornada completa. Si tus hijos entran al colegio a las 12 del medio día y salen a las 6 y tu trabajo empieza a las 10 y termina a las 8 tienes un problema si es que nadie de tu familia puede echarte una mano o si no tienes plata para pagar a alguien que te apoye en casa.
La realidad está tan increíblemente fuera de toda lógica, que si tienes niños pequeños aún no en edad escolar y tu nido es privado y de calidad, por caro que sea seguramente termine sus actividades a las 12:30 dejando a tus nenes con tu empleada el resto del tiempo. Con suerte pasarán la tarde en el parque. Con algo menos de suerte estarán frente al televisor, la tablet o la play hasta que tú llegues a casa.
Eso sí, si tienes ingresos suficiente siempre podrás llevar a tu hija a ballet dos horas a la semana por 350 soles al mes, a tu hijo a karate por un precio similar (matrícula a parte claro) o a ambos a la piscina a dar tres clases semanales de 45 minutos por 360 soles de nada. Por cierto estos precios son absolutamente reales y corresponden a servicios ofrecidos en Miraflores. El más exclusivo de todos son los talleres de verano a 100 soles la hora.
Ese es panorama al que las familias de toda condición económica hacen frente a diario. Y esa es justamente la necesidad que desde este proyecto intentamos cubrir. La necesidad de tener acceso a centros de atención en los que tus hijos reciban una atención de máxima calidad a un precio que todos
pueden pagar, en un horario que haga posible la conciliación de tu vida laboral y familiar.
Estos espacios de educación no formal que hemos llamado Munakuy (amor en Quechua) atienden a menores desde los 2 hasta los 12 años, en horarios que van desde las 8 de la mañana a las 8 de la tarde. Ninguno de ellos es ni pretende llegar a ser una Guardería, ni un Nido, ni un Colegio. Son ni más ni menos que eso: espacios de educación no formal que exclusivamente en el área del ocio y el tiempo libre trabajan Educación en Valores y en los que se desarrollan todo tipo de actividades culturales, artísticas y deportivas destinadas a completar y a afianzar aprendizajes que son fundamentales y que muchas veces no se imparten en el aula.
Lugares especializados en educación, en los que sea cual sea la actividad en la que se trabaje, la motivación del niño, su curiosidad y sus innatas ganas de conocer serán guiadas por educadoras y educadores especializados en crear espacios de aprendizajes significativo que enseñen a los menores desde su propia vivencia, desde su realidad, desde sus intereses...
Todos somos conscientes de que hay habilidades tan importantes como el calculo matemático o la lecto-escritura, que muchas veces no se enseñan en la escuela. Habilidades que tienen que ver con el manejo de las emociones, con la comunicación asertiva, con valores como la tolerancia, el respeto, la participación democrática en la toma de decisiones, la igualdad de género, la solidaridad, el ciudado del medio ambiente... Y esas habilidades son el centro de nuestro trabajo educativo.
Habilidades que transmitimos con un programa de intervención meticulosamente organizado y ajustado a las necesidades de cada menor, usando herramientas como los Proyectos Educativos Individualizados y de Grupo, utilizando el entorno natural más cercano, la realidad social de la comunidad, las nuevas tecnologías, el arte, la cultura en todas sus formas...
Y todo ello desde una atención personalizada en la que marcamos un ratio de cinco niños por educador en todas nuestras actividades, y desde una forma de entender la educación en la que los profesionales que nos apoyan son un valor fundamental.
En nuestros Munakuy trabajamos inspirados en la metodología Regio Emilia como guía fundamental, pero apoyándonos también en otras que como ella ponen al niño, a sus intereses y capacidades en el centro de una intervención basada en proporcionarle experiencias de aprendizaje vivencial dentro y fuera del aula. La escuela Montesory es el otro pilar fundamental de nuestro de trabajo, que se apoya también en la evidencia científica base de la Neurodidáctica y en experiencias internacionales de demostrado éxito como el movimiento Desing for Change.
En éste último por ejemplo, al igual que hacemos en Munakuy, básicamente se capacita al menor para ser sensible ante la realidad que le rodea, para expresar sus propias ideas y para ponerlas en acción con el objetivo de crear un mundo mejor. Esto se logra a través de una sencilla metodología de 4 etapas: SIENTE, IMAGINA, HAZ y COMPARTE.
De alguna forme todos nuestros referentes se basan en una reflexión tan simple como revolucionaria: el niño es una persona con derechos, fortalezas, debilidades, intereses y virtudes, capaz de tomar decisiones, de analizar el entorno que le rodea y de cambiarlo. El niño considerado como protagonista de su proprio aprendizaje en un proceso en el que el adulto es un guía, un acompañante con la tarea de proveer a cada niño las herramientas necesarias para su desarrollo cognitivo.
En todas estas metodologías en las que nos apoyamos el contexto socio-económico en el cual cada niño nació no se considera una desventaja sino una simple realidad que nos debe llevar una reflexión socialmente inclusiva: todos los niños, sin importar el estrato social del que provengan, si son adecuadamente estimulados y acompañados pueden desarrollar competencias óptimas y lograr cualquier objetivo en base a sus capacidades.
En concreto tanto desde Regio como desde Montesory las familias son consideradas también imprescindibles agentes activos de cambio. Por ello nuestra propuesta involucra a éstas y a la comunidad en nuestro trabajo educativo siguiendo siempre una filosofía que cree firmemente que “para criar a un niño se necesita un pueblo”.
Desde Trust and Support además pensamos que no hay mayor motivación en la vida de un ser humano que la de garantizar el bienestar y la felicidad de sus hijos, ni nada que un padre y una madre entiendan mejor que el deseo y la necesidad de otros padres de atender a sus respectivos hijos de la misma forma. Por ello trataremos de ofrecer en todo momento la posibilidad de que todos los que pertenezcan a nuestra comunidad educativa, se involucren en todo lo posible en el objetivo común de cuidar a sus propios hijos, a los hijos de su comunidad y al mismo tiempo a los hijos de otras comunidades en las que se vive en situaciones de mayor vulnerabilidad.
Creemos que la crianza es un trabajo común en el que todo el entorno debería estar involucrado, y que puede ser al mismo tiempo un inmenso motor de transformación social. Y ese potencial es algo que trataremos de aprovechar al máximo haciendo de cada Munakuy, sobre todos de aquellos de mayor tamaño, un referente para la vida en común. Un lugar abierto a las propuestas y la colaboración de la gente, que cubra las necesidades de ocio educativo de toda la familia y que esté a disposición de todo el mundo todo el tiempo como un centro social en el que se realicen talleres, charlas, cursos formativos, reuniones de trabajo…
En este sentido los miembros de todas nuestras comunidades Munakuy formarán parte desde un principio del diseño e implementación de todos los aspectos de nuestra actividad, incluida la toma de decisiones en aspectos fundamentales como la de dar prioridad al uso de determinados idiomas en nuestras aulas. Para nosotros este aspecto es fundamental y somos conscientes que para determinadas familias es un tema determinante. Por ello en cada una de ellas será el grupo de familias el que decida en qué idioma o idiomas se desarrollarán las actividades.
Más allá de eso contribuirán, con su trabajo voluntario y con sus donaciones monetarias, en primer término al mantenimiento de las actividades realizadas en su comunidad, y después si eso es posible al sostenimiento de otros Munakuy afincados en zonas vulnerables, o a otros proyectos sociales desarrollados desde Trust and Support.
Es el compromiso y la implicación directa en el desempeño de tareas comunes una parte fundamental nuestra propuesta. Pero siendo conscientes de la imposibilidad para muchos de poder aportar su contribución al proyecto exclusivamente en esta forma, también abriremos la posibilidad de que las familias puedan contribuir con donaciones económicas y/o en especie, al sostenimiento de las actividades en las que participen.
Éstas donaciones se aceptarán únicamente teniendo en cuenta el nivel de renta de cada una de las familias, de forma que aquellas que tengan un nivel adquisitivo mayor podrán hacer aportaciones monetarias más grandes (que igualmente no les eximirán bajo ningún concepto de participar también personalmente en determinadas acciones).
Ese valor del servicio que ofrecemos, “progresivo” y diferenciado por niveles de renta, permitirá que las unidades familiares de rentas más altas que asistan a los Munakuy ubicados en sus distritos de residencia, financien el mantenimiento y apertura de otros Munakuy en zonas más humildes y costeen en parte del precio que las familias con menos recursos no puedan pagar por acceder en su propio barrio a un servicio de igual calidad para todos sea cual sea el vecindario en el que esté ubicado.
En cualquier caso en ninguno de nuestros centros dejaremos a nadie sin atender porque no tenga dinero para cubrir el coste de los servicios que ofrecemos. Simplemente quien puntualmente no pueda costear la atención que necesita, deberá cubrir con horas de trabajo voluntario al servicio de nuestra organización la diferencia entre la cantidad de dinero que puedan aportar mensualmente y el coste de la plaza de sus hijos en nuestros centros.
Este sistema de financiación se aplicará en todos y cada uno de nuestros Munakuy independientemente del distrito en el que estén ubicados porque en Trust and Support somos firmes defensores de la idea de que sólo lo que es bueno para todos y está al alcance de todos, es realmente BUENO. Por eso nuestro proyecto es una propuesta inclusiva, que tendrá un costo adaptado a las posibilidades económicas de cada familia, y que se desarrollará en todos las municipalidades de la ciudad en las que haya familias dispuestas a involucrarse en la puesta en marcha de uno de nuestros centros colaborando directamente en su mantenimiento.
Es por ello que allí donde haya una familia que cuente en su hogar con un espacio lo suficientemente amplio y seguro como para albergar un Munayku, nosotros pondremos todo lo necesario para que ese Munakuy funcione. Acondicionaremos ese espacio haciéndolo apto para el desarrollo de nuestra metodología de trabajo. Pondremos a su disposición educadoras entrenadas capaces de desarrollar las actividades. Buscaremos otras familias que deseen participar en esa comunidad y guiaremos el proceso que termine haciendo que ese nuevo Munakuy abra sus puertas en el plazo de tiempo más corto posible.
Allí donde haya un grupo de familias que quieran poner en marcha su propio Munakuy alquilando un espacio adecuado para ello haremos lo mismo, apoyándolas también económicamente para que su propuesta salga adelante.
Allí donde haya un benefactor, una comunidad, una municipalidad, una institución pública o privada dispuesta cedernos un espacio, haremos también exactamente lo mismo.
Allí donde encontremos un grupo de inversores socialmente responsables dispuestos a destinar un mínimo del 33% de los beneficios que genere su inversión a financiar las intervenciones sociales de Trust and Support también invertiremos nuestro conocimiento y experiencia para logra que otro Munakuy se abra y genere réditos sociales y económicos para todos los involucrados.
Y es que como proyecto de desarrollo Munakuy no busca antes el beneficio social que ningún otro tipo de beneficio, incluido el económico. Busca ante todo que todas las familias y niños de Lima, tengan a su disposición la mejor educación posible sin importar su nivel socioeconómico. Si además nuestra acción es capaz de generar utilidades para quienes deseen apoyarnos en nuestra labor, éstas serán repartidas entre quienes nos apoyen con su confianza y su capital, sabiendo eso sí que como mínimo un tercio de las que les correspondan irán íntegramente destinadas a atender ésta y otras propuestas de intervención de nuestra organización en las zonas más empobrecidas.